viernes, 25 de mayo de 2012

Mortificación


Estoy poniendo en estos últimos post, los preliminares que los místicos ponen para prepararnos al encuentro con Dios.

Los místicos hablan de la mortificación. Es una palabra muy denostada en la vida creyente en estos momentos. Quizá esto se debe a la mala utlización que se ha hecho durante muchos tiempo de este término.

Durante mucho tiempo he estado leyendo y profundizante en cómo entendían los mísiticos del carmelo la práctica de la mortificación. Y creo no equivocarme cuando la defino como : organizar la vida en función de la felicidad de los demás. Esto supone como es lógico, privarse de todo lo que yo sé que molesta a los otros. Y supone también hacer todo lo que yo sé que crea un buen ambiente: paz, sosiego, respeto ante el que piensa y vive de manera distinta a como yo pienso y vivo, atención a lo que agrada y desagrada a quienes viven cerca de mi, delicadeza con todos y el aguante necesario para soportar las invitables impertinencias que la convivencia nos presenta a todas horas. Todo esto es lo que exige la mortificación evangélica y que nos proponen los místicos del Carmelo para ir amoldando nuestro corazón a recibir el amor de Dios, dejarnos amar por Dios y por los hermanos, y también, como no, amar, con un amor comprometido que nada tiene que ver con ese amor etéreo que a veces profesamos...

2 comentarios:

  1. Esa mortificación sí me gusta, porque es una muestra de amor y no se sufrimiento. ¡Ya está bien de sufrir por sufrir y añadir más dolor al mundo! Este sufrimiento por los demás sí que quita pecado, alegra al otro, me aligera a mí y complace al Espíritu. Un abrazo, M.

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    1. Así es, MIguel Ángel; hay demasiado sufrimiento en el mundo, como para buscar más gratuitamente. CReo que el término "amor comprometido" sería una buena traducción del término clásico "mortificación"....

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