jueves, 4 de octubre de 2012

Muerte de santa Teresa


La noche del 4 de Octubre de 1582 terminaba Teresa su vida en la villa ducal de Alba de Tormes. Al día siguiente, debido a la reforma gregoriana del calendario amanecía el día 15 de Octubre, en cuyo día, celebramos su fiesta.

LLega Teresa a Alba de Tormes cansada de la última fundación de Burgos. Una fundación dificil con muchos contratiempos, e inundación incluída. Allí en Burgos había terminado el libro de las Fundaciones, cuando todavía no era consciente que esa era su última fundación.

Atras quedan 17 conventos de Carmelitas Descalzas levantada por la santa andariega. Una monja contemplativa, que recorrió los caminos de España, sembrando nuestro paises de pequeñas comunidades evangélicas, fraternas, todas ellas orientadas a la oración y contemplación.

Saliendo de Burgos pasó por Palencia, Valladolid, cuya priora y sobrina la echó del convento, Medina del Campo, cuya priora también la despreció. LLega a Alba de Tormes, el 20 de Septiembre, con la salud muy deteriorada, y va empeorando lentamente.

Teresa tiene en su mente regresar a Ávila, el primer palomarcito teresiano y el más querido, donde ha decaído el fervor. También quiere fundar en Madrid, en la corte, cuyo rey Felipe II tanto ha favorecido la reforma. La santa, que tanto había deseado la muerte para estar con Cristo, tiene mil proyectos en su cabeza y no percibe que el invierno ya ha pasado y que es hora que la paloma remonte el vuelo.

Pero la evidencia se impone. Teresa se acaba. Cuando se da cuenta, Teresa no deja de tener en sus labios, versículos del salmo Miserere. Se sabe una pecadora, que va a cantar las misericordias del Señor para siempre.

Ella que había sufrido la persecución de su Orden del Carmen, de la inquisición,  e incluso del nuncio del Papa, al fin, muere hija de la Iglesia.

Termina la vida de una mujer, que entro al convento para no ir al purgatorio, y para no tener que soportar a un marido. Pero que terminó enamorada de Cristo con tanta pasión, que no quiso la vida para otra cosa que para imitarle. Pero Teresa sigue viva. Esta santa andariega, continúa alentando la vida de los creyentes invitándolos a la amistad con Jesucristo, una amistad viva, que transforma la propia vida. Teresa sigue viva, sí, como decía fray Luis de León, en sus hijas y en sus escritos.

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