lunes, 8 de octubre de 2012

La humanidad de Jesús


En tiempos de Teresa, había entre los espirituales una corriente muy fuerte y muy influyente, que decía que para llenar a la unión con la divinad en los estados más superiores, había que prescindir de los corpóreo, e incluso de la humanidad de Jesús. Teresa, que los leyó con fluidez, siguió este camino al comienzo, pero pronto se dió cuenta que ese camino era errado.

¿Qué entiende Teresa por humanidad de Cristo? Humanidad de Jesús para ella, es el Jesús de la historia de la Salvación. Ante todo, el Jesús histórico, enmarcado en tiempo y lugar, y personas y modales: su ser, su hacer, su padecer. Sentimientos interiores y acontecimientos exteriores. Sus palabras y su amor. Su cercanía a los pobres, y su intimidad con los discípulos.

Presta atención especial al misterio Pascual de Jesús, que sufre la Pasión y Resucita glorioso. Y también con expresa ampliación al Jesús del Sacramento Eucarístico. Pero a la vez, humanidad que se integra en el misterio de su persona, en la que "divino y humano junto" constituyen el entramado misterioso de su ser y de su historia.

Para ella, la humanidad de Jesús constituye el centro insuplantable de la vida cristiana. Por eso, sostendrá que  la más alta contemplación mística tiene por objeto normal los misterios de Jesús y de su humanidad. Por eso, el creyente, lo mismo que el orante contemplativo, llega a las gracias sumas de la experiencia cristiana, a través de la humanidad de Cristo, sacramento frontal de todas las gracias, único camino hacia Dios.

Teresa no tuvo miedo a la humanidad de Cristo. Cristo era para ella "buen amigo", "Esposo", "modelo", "consuelo en los trabajos". Y por eso, unvitará una y otra vez a mirararle, a contemplar su vida para saber imitarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario