domingo, 11 de noviembre de 2012

A vueltas con Marta y María(I)


En uno de los últimos post, hablábamos de como Teresa usa los símiles de Marta y María en la vida del creyente. No me resisto a poner alguno de los textos más significativos. Teresa "acabará" con la ruptura que hasta ese momento había en la teoría sobre la contemplación de una esquizofrenia espiritual. Unos eran activos y otros contemplativos. Pero Teresa dirá que Marta y María han de andar juntas, porque todo es servir al Señor. Otra cosa es la gracia de la contemplación, que aunuqe el hombre se pueda disponer, es como decíamos, una gracia que Dios regala.

Unos siglos después, una hija de Teresa, santa Teresa de Lisieux, perfeccionará incluso a la propia Teresa, experimentando que ya no se trata de dividir acción ni contemplación, ni siquiera que la acción y la contemplació caminen juntas, sino que a lo que realmente está llamado el cristiano, es a unificarse en el amor. Es la puesta en práctica de la intiución Teresiana de que sea Marta o María, "todo es servir al Señor", y no olvidemos que en el lenguaje Teresiano, "servir" es un sinónimo de amar.

No me entretengo más y aquí os dejo los textos:

"Santa era santa Marta, aunque no dicen era contemplativa. Pues ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa?  Si se estuviera como la Magdalena, embebidas, no hubiera quien diera de comer a este divino Huésped. Pues pensad que es esta congregación la casa de santa Marta y que ha de haber de todo. Y las que fueren llevadas por la vida activa, no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que, por la mayor parte, hace descuidar de sí y de todo .
Acuérdense que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta. Miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos, y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos. Pues si contemplar y tener oración mental y vocal y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar -sea en lo más bajo-, todo es servir al Huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro?" (CV 17,5)

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