miércoles, 26 de septiembre de 2012

5Moradas: Peligros


El gran espejismo que, en estas moradas, puede ocurrirle al espiritual, es pensar que tiene verdadero amor a Dios, sin mojarse las manos en el amor a los hermanos. Es algo que fácimente puede ocurrirle al hombre espiritual, o, al especialmente dedicado a la oración.

En las quintas moradas, estas almas tiene dos tentaciones. La primera es querer aparentar lo que no son. La soberbia, les hace buscar formas estravagantes para que la gente sepa lo mucho que rezan. Les gusta pasar muchas horas de rodillas, que se sepa lo mucho que ayunan, y andar cabizbajos y mirando al suelo. Pero a la hora de la verdad fallan: "Yo gusto algunas veces de ver unas almas, que, cuando están en oración, les parece querrían ser abatidas y públicamente afrentadas por Dios, y después una falta pequeña encubrirían si pudiesen, o que si no la han hecho y se la cargan, Dios nos libre" (5M 3,10)

Estas personas han perdido el camino. No buscan a Dios, sino a sí mismas y la tranquilidad y los gustos que encuentran en el recogimiento. Por eso, santa Teresa prosigue describiendo a estas almas encapotadas: "Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, que parece no se osan bullir ni menear el pensamiento porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el negocio".( 5M 3, 11)

Para Santa Teresa el camino de la unión con Dios, está muy claro y no hay otro. No hay más camino para llegar a Dios, que el camino de Jesús, el camino del Evangelio:" Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella; y si tiene algún dolor, te duela a tí; y si fuere menester, lo ayunes, porque ella lo coma, no tanto por ella, como porque sabes que tu Señor quiere aquello. Esta es la verdadera unión con su voluntad, y que si vieres loar mucho a una persona te alegres más mucho que si te loasen a tí. Esto, a la verdad, fácil es, que si hay humildad, antes tendrá pena de verse loar. Mas esta alegría de que se entiendan las virtudes de las hermanas es gran cosa, y cuando viéremos alguna falta en alguna, sentirla como si fuera en nosotras y encubrirla" (5M 3, 11). Y no quiero dejar este post, sin recalcar esto último que la santa comenta: alegrarnos de que se sepan las cosas buenas de los demás y encubrir las faltas de nuestros hermanos. ¡Cuánto necesitamos esto en nuestras comunidades!!

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