martes, 12 de junio de 2012

Optar por Dios


En el camino cristiano, cuando uno se encuenta con Jesucristo, debe tomar una decisión de optar sólo por Dios. Y optar por Dios es optar por los valores del reino de Dios.

Santa Teresa pasó muchos años de su vida sufriendo hasta que tomó la "determinada determinación" de optar por Dios y sus caminos: "Por una parte me llamaba Dios; por otra yo seguía al mundo. Dábanme gran contento todas las cosas de Dios; teníanme atada las del mundo (Santa Teresa de Jesus, V 7, 17)". Así nos puede pasar a muchos de nosotros. Nos entusiasma el Evangelio, la persona de Jesús, pero no acabamos de entregar la vida.

La sociedad nos ha enseñdo que vivir en los valores del Reino(la justicia, la compasión, la entrega y el servicio a los últimos, la relación íntima y personal con Dios, la vida fraterna...) es perder la vida, despersonalizarnos, renunciar a nuestra felicidad. Los mísitcos nos hablan de lo que ellos han vivido. Una experiencia en la que cuanto más han abierto sus vidas a la acción de Dios, han encontrado su plena felicidad.

Para ser "espirituales de veras" como dice santa Teresa, tenemos que dar un paso franco en el deseo de Dios. Los místicos nos animan en este camino, describiéndonos el gozo y la plenitud que trae este dejar todo lo que no es Dios y entrar en la experiencia de una vida basada en la comunión con Dios.

Tenemos que esperar poseer a Dios, pues "tanto alcanza de Él cuanto la persona de Él espera" (II Noche 21,8).

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