miércoles, 16 de mayo de 2012

¡Cuidado con la oración!


De la misma manera que he afirmado que un cristianismo sin oración se queda pequeño. Con la misma seguridad afirmo que hay que tener cuidado con la oración. La vida cristiana es única y exclusivamente seguimiento de Jesús, vivir como vivió Él. Así lo recuerda san Juan de la Cruz: " traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo en todas sus cosas, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saberla imitar y haberse en todas las cosas como se hubiera Él" (1S, 13) Pero muchos cristianos pueden tener la tentación de refugiarse en la espiritualidad y en las prácticas piadosas y cultuales, para camuflar el miedo que les produce la vida cristiana entendida como seguimiento de Jesús. Y este miedo, casi siempre está disfrazado de motivos altos y nobles.

Por eso creo que es necesario, que antes de entrar en el tema de la oración contemplativa debe quedar claro que una oración cristiana es la que lleva a adoptar en la vida las actitudes, compromisos y valores de Jesús. Es la que leva a repetir su historia, sus opciones y sus preferencias.

Por el contrario, la acumulación de oraciones es esteril cuando no va acompañada de los frutos del Espíritu que nos recuerda Pablo: "el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, tolerancia, dominio de sí" (Gal 5,22). Sino se se dan estos frutos, tenemos quizá grandes orantes, pero ciertamente no orantes cristianos que se encuentran con El Dios de Jesús, sino orantes que se encuentran con otra divinidad que es incompatible con el estricto monoteismo cristiano: ¡No hay más Dios que el de Jesús!

1 comentario:

  1. Otra divinidad? No hay! No seran Cristianos, pero la luz es una nada mas.

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