En el anterior post hablamos de la presencia de Dios en nosotros. Pero ¿Porqué no le encontramos? Porque una persona que busca a Dios , no le basta sin embargo, saber donde ha de buscar a Dios; quiere algo más: quiere encontrarlo. Por eso san Juan de la Cruz, azuza con una pregunta: "Puesto que está en mí, ¿Cómo no le hallo ni le siento?" Puesto que está en mí el que ama mi alma, ¿Cómo no le hallo ni le siento? La causa es porque está escondido, y tu no te escondes también para hallarle y sentirle. Porque el que ha de hallar una cosa escondida, tan a lo escondido y y hasta lo escondido donde ella está ha de entrar, y, cuando la halla, él también está escondido como ella. "(C. 1,9) ¿Porqué no revela Dios su presencia? El santo responde con todo un plan de conquista . Sí, Dios está en nosotros, es una realidad. Pero está escondido, oculto, bajo el cúmulo de nuestras preocupaciones que nada tienen que ver con el amor, que es el único camino por el que podemos encontrarnos con Dios. Vivimos la vida muy superficialmente, preocupadas por tantas cosas, y ocupados de tal manera, que nos hace olvidar esa vida más profunda que podríamos vivir, esa vida verdaderamente interior donde poder relacionarnos con Dios. Dios, nos espera, por así decirlo, en el fondo de nuestra alma. Pero nosotros no entramos en ese fondo, agarrados como estamnos a nuestros "negocios", a los que consagramos toda nuestra ilusión ¡Por eso no encontramos a Dios!!
Para hallarlo, habría que ir donde Él está y sustraernos para ello a esta inmersión en una vida centrada en nosotros mismos. Hay que esconderse como Él, huir de la vida superficial para entrar en la vida profunda, abandonar la cerca más exterior de nuestros intereses donde todo gira en torno a nuestro mezquino yo, para bajar al centro más profundo de la persona, donde esta aprende a convivir con su Dios: "Como quiera, pues; que tu Esposos amado es el tesoro escondido en el campo de tu alma, por el cual el sabio mercader, dió todas las cosas (Mt 13, 44), convendrá que para que tú le halles, olvidadas todas las tuyas y alejándote de todas las criaturas, te escondas en tu retrete interior del Espíritu (Mt. 6,6), y, cerrando la puerta sobre tí, es a saber, tu voluntad a todas las cosas, ores a tu Padre en escondido, y te deleitarás en escondido con Él" (C. 1,9) Seguiremos con el tema.....
Hola, lo anterior es tomado de algún libró? Y si lo es de cual? Me interesa
ResponderEliminarGracias