jueves, 10 de mayo de 2012

La oración como vida




Un buen amigo, en un comentario precisaba, que buscar el rostro de Dios es buscarlo en los últimos. Y precisaba bien. Para los místicos del Carmelo la oración no es cosa sólo de un acto, algo a lo que dedicamos un tiempo. Para los místicos del Carmelo orar es una forma de vida.

Y es verdad que un cristiano ha de dedicar tiempos especiales a lo largo del día para ponerse su vida en presencia de Dios y vivir la vida en presencia de Dios. Así lo hacía Jesús, que nos dió ejemplo pasando incluso noches enteras de oración.

Pero si nuestra oración es auténtica, y auténtica quiere decir cristiana, no lleva a la calma, ni al descanso, ni siquiera psicológico. La oración, si es cristiana lleva a la práctica del amor. Cuando un creyente dice ser orante, debe querer decir que lo vive todo como una ocasión de encuentro con Dios. Viviendo creyentemente cada paso de la vida diaria.

Nada oculta tanto a Dios como la gran cantidad de orantes que no despiertan a amar. La oración en este caso es un cumplimiento o, lo que es peor, un intento de tener contento a Dios sin que mi relación con él me complique o me cambie la vida. Y a nadie se le escapa que hay personas que piensan que aman a Dios, porque en realidad no aman a nadie.

La oración si es cristiana, lleva al amor. Pero no a un amor voluble y abstracto sino a un amor que se manifiesta en la vida, en las obras. Lo demas, como dice san Juan de la Cruz es "martillear y no hacer nada". El que no ama, no ha conocido a Dios, aunque haga muchas horas de oración.

1 comentario:

  1. Amén...

    Gracias por esta reflexión que invita a rumiarla en silencio, largamente...

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