La señal inequívoca tanto del amor cristiano como de la contemplación está en la capacidadde perdonar, pues así como decimos que Dios nos ha amado primero (1Jn 4, 10.19), del mismo modo podemos afirmar que Dios nos ha perdonado el primero, y sentirse perdonado por Dios lleva necesariamente a reproducir dicha actitud en nuestras relaciones humanas: "Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros, como Dios os perdonó en Cristo" (Ef 4, 32); " El Señor os ha perdonado haced vosotros lo mismo" (Col 3, 13). A veces creemos que para obtener el perdón de Dios necesitamos expiar antes nuestros pecados. La condición como hace notar santa Teresa, no es ésa: no decimos "perdónadnos, Señor, porque hacemos mucha penitencia, o porque rezamos mucho y ayunamos y lo hemos dejado todo por Vos y os amamos mucho, y no dijo porque perderíamos la vida por Vos, y otras cosas que pudiera decir, sino sólo porque perdonamos" (CV 36, 7), pasaje que da a entender que el perdón es más agradable a Dios que el martirio o la vida religiosa misma, y que fue tachado, entre otros muchos por el censor del libro.
Es tan importante esta capacidad de perdonar que parece ser lo único que Jesús exige en la oración del Padre nuestro. ¿Por qué, puestos a elegir una exigencia ética concreta entre las muchas posibles, Jesús eligíó esta de perdonar? ¿Tan importante es el perdón? Ciertamente, perdonar es importante incluso para preservar la salud. El resentimiento aumenta la presión arterial y, cuando se hace crónico, sobreviene la hipertensión crónica que provoca enfermedades del corazón. El perdón es importante también para una convivencia sana ¿Qué sería de la humanidad si no aprendieramos a perdonar? ¡Es lamentable que haya personas estigmatizadas de por vida porque quienes les rodean se niegan a olvidar su pasado! El perdón abre la puerta a un futuro nuevo. Pero es que, además, el perdón es un principio ético de primer orden. Igual que existe un orden o jerarquía en las verdades de la fe, también hay una jerarquía de valores éticos. El perdón ocupa los primeros puestos porque brota de la esencia misma de la redención, es algo que viene de Dios, que nos reconcilió en Cristo.
De ahí que santa Teresa llegue a decir que el perdón es la más clara señal de la oración contemplativa y de la unión con Dios: " Y adevertid mucho en esto que, cuando de las cosas que Dios hace merced a un alma, en la oración que he dicho de contemplación perfecta, no sale muy determinada y, si se le ofrece,las pone por obra, de perdonar cualquier injuria, por grave que sea -nada de estas naderías que llaman injurias- no se fie mucho de su oración.... No puedo yo creer que alma que tan junto llega de la divina misericordia, adonde conoce la que es y lo mucho que le ha perdonado Dios, deje de perdonar luego con toda facilidad y quede allanada en quedar muy bien con quien la injurió... Torno a decir que conozco muchas persona que las ha hecho el Señor merced de levantarlas a cosas sobrenaturales, dándoles esta oración o contemplación que queda dicha, y auqnue las veo con otras faltas e imperfecciones, con esta no he visto ninguna, ni creo la habrá, si las mercedes son de Dios, como he dicho. El que las recibiere mayores,mire en sí como van creciendo estos afectos; y si no viere en sí ninguno, témase mucho y no crea estos regalos son de Dios" (CV 36,8.12-13)
No hay comentarios:
Publicar un comentario