"Llámase recogimiento activo, porque recoge el alma todas las potencias y se entra dentro de sí con su Dios, y viene con más brevedad a enseñarla su divino Maestro y a darla oración de quietud que de ninguna otra manera. Porque allí metida consigo misma puede pensar en la pasión, y representar allí al Hijo y ofrecerle al Padre, y no cansar el entendimiento andándole buscando en el monte Calvario, y al huerto y a la columna" (CV. 28, 4)

"Pues tornando a lo que decía, de pensar a Cristo en la columna, es bueno discurrir un rato y pensar las penas que allí tuvo, y porqué las tuvo, y quién es el que las tuvo, y el amor con qué las pasó; más no se canse siempre en andar a buscar esto, sino que esté allí con él, acallado el entendimiento. Si pudiere ocuparle en que mire que le mira, y le acompañe y hable y pida, y se humille y regale con él, y se acuerde que no merecía estar allí... y hace muchos provechos esta manera de oración; al menos hallóle mi alma (V. 13, 22)
El texto principal que resume muy bien este tipo de oración es este: "No os pido ahora que penséis en él, ni que saquéis muchos conceptos, ni qué hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis...(CV 26, 3)
"Las que de esta manera se pudieran encerrar en este cielo pequeño de nuestra alma -adonde está el que le hizo, y la tierra- y acostumbrar a no mirar ni estar adonde se distraigan estos sentidos exteriores, crea que lleva excelente camino y que no dejará de llegar a beber el agua de la fuente, porque camina mucho en poco tiempo" (V 28,5)
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