La entrada en el castillo interior que Santa Teresa nos propone sólo sucede, cuando hay un corazón humilde; lo cual, significa un corazón que nada retiene, que no está pensando en sí mismo,ni en sus éxitos, ni en sus fracasos, ni tan siquiera en sus debilidades físicas o psicológicas, ni en sus límites. Es el ser humano que se ha olvidado de sí mismo el que entra a beber de las aguas de la contemplación
La semana siguiente empezaremos a ver, con textos de la santa, el método que ella nos propone en el camino de la oración. Pero no podemos olvidar que Para Teresa, la contemplación, es "mística". Una experiencia de Dios. Y la experiencia de Dios no es algo que se pueda provocar. El que yo experimente esa presencia es un don de Dios. Es una irrupción de Dios que no puedo dejarde dudar que está en mi. La contemplación no se provoca con nuestras propias fuerzas, es un don, un regalo de Dios.
Para Teresa la contemplación es algo vital y existencial, no algo puramente intelectual. La contemplación es el anhelo profundo que existe en la persona humana. Todos tenemos sed de esta agua que es el amor de Dios. Por eso, yo os invito , Teresa nos invita, mejor dicho, a que tomemos conciencia de cual es nuestra sed, y que seamos conscientes de que nuestra sed sólo, se sacia en Dios, y nada más que en Dios. El camino de la oración es un camino hacia la unión con Dios, donde nos saciamos con el agua viva.
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